1. Don't ever say anything

Tenían que estar bromeando. De todas las cosas que pudieron pasarle en el mundo, justo tenía que perderse en el bosque... Con Izuki. Tener que soportar sus bromas... Bueno, pudo ser peor. Pudo haber terminado perdido con... no sé, Kiyoshi. O aún peor, con Kagami. No es que él le cayera mal, por supuesto, pero su instinto le decía que estar perdido en el bosque con Kagami podría ser lo peor que pudiera pasarle en la vida. O quizás si se perdiese con Kuroko... bueno, no habría ninguna diferencia a perderse completamente solo.

Por reflejo, Jumpei miró alrededor por si acaso veía a Kuroko y al no verlo, volvió a suspirar. ¿Cómo diablos iba a decirle a Riko que se perdió en el bosque sin la más mínima idea de cómo volver? Ella muy seguramente no iba a tomárselo bien y seguramente iba a castigarlo con algo radicalmente cruel. Como no fuese probar su comida, Jumpei quizás vería la luz del sol un día más. Claro, si es que salía con vida de ese bosque.

Miró a Izuki, dispuesto a callarlo si decía alguna clase de broma estúpida, pero luego se lo pensó mejor y preguntó algo que en sí deberia ser obvio en esa clase de situaciones.

— Izuki, por casualidad... ¿tienes idea de dónde estamos? —

Como le respondiese que en un bosque, iba a golpearlo. ¡Seguro iba a golpearlo!

— Me refiero a nuestra posición. Tu ojo de águila debería poder sacarnos de aquí con facilidad... ¿o no? —

La vida tenía una curiosa forma de divertirse con él, y no solo con él sino también con Hyuga que había resultado estar en la misma posición que él. Y es que… ¿perderse en el bosque? ¿enserio? No existía algo más cliché que perderse en el bosque y resultaba que justo les ocurría eso, casi como una película de terror.

Izuki podría haber dicho muchos chistes sobre ese asunto, pero en realidad estaba pensando en otra situación y esa situación era Riko. La conocía perfectamente y seguramente los iba a golpear cuando volviesen. Pero más que eso le preocupaba otra situación que le había mencionado de casualidad y que seguramente ahora tendría a la chica profundamente pendiente de lo que hacía y dejaba de hacer.

Y es que Izuki le había comentado de sus sentimientos. No por ella, claro está, sino por otra persona que resultaba ser justo quien le acompañaba en ese momento.

Seguro si Riko les veía volver juntos supondría cosas erradas y comentaría cosas que Izuki no quería que Hyuga se enterase… y ahí terminaría su vida. Porque una vez Hyuga se enterase de sus sentimientos seguramente dejaría de hablarle y eso le dolería más que cualquier otra cosa. Más que un golpe, más que se burlase de sus chistes.

Se abstuvo de suspirar pesadamente, escuchando las preguntas de Hyuga y se encogió de hombros. Tenía que cambiar su expresión, sino Hyuga sospecharía.

— Estamos en un lugar con árboles, un camino de tierra, sospecho seriamente que se trata de un bosque.

Respondió en broma, aunque era una broma que ni siquiera contenía un juego de palabras y eso daba señas de lo preocupado que estaba. Luego se encogió de hombros.

— Me temo que no… incluso con mi ojo de águila…— Izuki probó ver algo, pero no veía más que ramas sobre su cabeza— mi visión está perturbada por las ramas y todo lo que nos rodea. Lo siento. Creo que tenemos que caminar y ver si salimos.