I — This can't be!!

¿Alguna vez aprendería a no hacerle caso a Alexy o simplemente estaba condenado a caer en todos los planes de su mejor amigo?... Lamentaba decir que probablemente sería lo segundo, no era capaz de decirle que no a Alexy a pesar de saber perfectamente que debería hacerlo.

Su última sugerencia fue la de ir al bar gay, todo habría acabado tan bien... si no hubiese sido porque Castiel apareció y arruinó todo. Nathaniel no había hablado demasiado con él, sencillamente un par de veces y nada más, siempre para pedirle que le firmase ausencias que no quería pero más que eso nunca habían hablado más. Por eso le había extrañado que le alejase de aquel chico que había conocido. Pero no dijo nada y en cambio solo huyó.

Sí, podía sonar cobarde pero huyó de ese lugar despidiéndose apresuradamente. Y en vista del cliché, fue justo a las doce de la noche como si fuese un tipo de princesa. Alexy lo jodió mucho con eso cuando llegó a su casa, ya que le había dicho a su padre que estaría ahí.

Su padre siempre había sido muy estricto con él hasta que con la llegada de Alexy a la casa todo había cambiado un poco, no por el chico en sí sino que después de eso su padre había ascendido a vicepresidente de su compañía y se había olvidado de descargarse con él. Todavía le pedía perfección, pero le daba libertad y Alexy contra todo pronóstico incluso le agradaba.

Al día siguiente, Domingo, Alexy se quedó esta vez a dormir con él y Ámber no le dijo nada, sobre todo porque Alexy había sido siempre muy claro con ella y nunca le soportaba nada. Un alivio, a decir verdad. La cosa es que ese día, Lunes, después de que su padre les fuese a dejar al instituto estaba recibiendo a los nuevos... y se arrepentía ahora más que nunca de haber ido a ese bar.

━ ¡Vaya! Si es el chico bonito del Sábado...

Esa voz... esa maldita voz...

Nathaniel se giró a ver a quien le hablaba y se puso pálido a ver al chico con el que casi se besa frente suya.

━ Eres tú...

El chico sonrió.

━ Sí, por cierto no me presenté. Mi nombre es Dakota pero todos me dicen Dake.

Oh, demonios...

━ ¿Y qué haces aquí?━ cuestionó temiendo una respuesta negativa.

Dake sonrió.

━ Vine a inscribirme, chico bonito. Desde hoy estudiaré aquí.

Oh, que alguien le dispare por favor.

Aquella misma mañana, Castiel estaba más pensativo de lo habitual. La otra noche había ido a tocar algunas canciones junto con Lysandro y casi todo había resultado bien, excepto... por eso. Ya que su dueto estaba comenzando a volverse popular, algunos locales los buscaban de vez en cuando y les pagaban bastante bien para animar una o dos horas. A Lysandro le daba lo mismo, siempre que pudiera seguir escribiendo e interpretando sus canciones, aunque a Castiel le hacía gracia que los negocios que más buscaban de sus servicios eran bares gay.

El caso es que llegada la hora, ya habían tocado al menos 9 canciones, con un descanso de 5 minutos cada tres canciones, cuando Castiel reconoció esa cabellera rubia entre la clientela. Aprovechando que le quedaban otros 3 minutos más de descanso antes de volver al escenario, había decidido ir a conversar con el delegado, muy seguramente a fastidiarlo un poco por el hecho de que el tipo más recto y desabrido de toda la escuela estuviera precisamente en un bar gay a altas horas de la noche, cuando debería estar arropado en su camita con un oso de peluche y su pijama de ovejitas o algo por el estilo. Pero la situación no fue exactamente así. En cuanto se acercó, descubrió que el delegado de hecho no estaba solo y que su compañía no era de su agrado.

Ciertamente Castiel jamás antes había visto a ese sujeto en su vida, o al menos no recordaba haberlo visto antes, pero desde el momento en que posó su mirada en él, supo que le desagradaba. Y viendo que el delegado no le caía mal en realidad, y casi podría decir que de hecho le... ¿gustaba?... Bueno, no se necesitaba ser un genio para sumar las cosas. Solo que justo después de que Castiel interviniera, Nathaniel huyó. Por supuesto, Castiel no se quedó a conversar con el otro rubio, ni lo habría hecho aún si le obligaran, porque tenía que volver al escenario. Y claro, ya que Lysandro había sido testigo de todo, no había dejado pasar la oportunidad de hacer algún que otro comentario al respecto. En especial en su saludo aquella misma mañana.

El pelirrojo no había respondido a nada aún. Seguía preguntándose qué había sido todo eso de esa noche.

━ Es tan extraño verte tan callado. ¿No sería mejor que fueras a preguntarle directamente a Nathaniel todo lo que está pasando por tu mente en estos momentos?

━ Lo que es extraño es que tú estés hablando tanto. ¿Y qué le voy a decir? "Hey, tú, ¿a dónde fuiste corriendo después de huir de ese bar gay el otro día? ¿Y qué hacías ahí para empezar?" Tsk. Ni siquiera es de mi incumbencia.

Lysandro sonrió misteriosamente como siempre, se encogió de hombros y se sentó a su lado en la banca del jardín, mientras que Castiel desviaba su mirada hacia cualquier otra parte.

━ Bueno, aún así considero que es apropiado que hagas algún movimiento, y sugeriría que sea pronto, de otro modo, alguien más se te adelantará nuevamente.

Castiel le miró como a un bicho pegado en el parabrisas por un segundo y luego siguió la dirección de su mirada. Allá, apenas unos metros más adelante, entre todos los estudiantes, estaban esos dos. Por supuesto, una vez más antes de pensar en nada, Castiel se levantó corriendo y fue a plantarse justo a su lado, entre que Lysandro sonreía divertido a medio labio.

━ Hey. Este instituto es privado, si no eres estudiante de aquí, no puedes entrar, ¿entiendes? Un momento... ¿Estás acosando a este chico o algo por el estilo?