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I — I could feel this presence
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I — I could feel this presence
I could feel this presence
Oro, riquezas, poder, alcohol y mujeres. Son las cosas que un hombre necesita para ser feliz. Mejor dicho, un pirata, sí, y cuanto más malo el pirata, más feliz el hombre. Y nadie sabia mejor eso que Kirkland y su tripulación. Robar, hurtar, asesinar, matar, disparar, secuestrar y disfrutar eran las actividades del día a día y nada iba a hacerles cambiar de opinión.
Eran hombres, eran fuertes, eran piratas.
Por eso fue que esa pobre e inofensiva aldea no fue nada mas que pura diversión para ellos.
Pero fue justamente en medio de todo el saqueo que Kirkland avistó a una pequeña y delicada flor de otoño y decidió que iba a hacerla suya. Cuando llego ahí, fusil en mano, sus hombres tenían a la familia contra la pared, suplicando. Ah, que deleite era oír sus voces pidiendo misericordia. Kirkland solo dio una señal y una de las victimas de su tripulación le dijo algo. Bien, no sabia que fue exactamente lo que le dijo porque se dedico a deleitarse con su silueta, debatiéndose que haría con esa criatura de Dios apenas la tuviera entre sus brazos. Acepto el trato sin oirle si quiera y ordenó la retirada. Tenia ganas de disfrutar de su botín.
De mala manera condujo a su nueva adquisición al barco y ordenó zarpar. Cuando ya se había asegurado de estar lo bastante lejos de la costa, le cogió del brazo y bruscamente le condujo junto al timón, lo bastante en alto para que los perros sarnosos que tenia por tripulación pudieran contemplar su magnifico botín.
— Esta noche celebraremos con vino hasta reventar... Derrocharemos cada centavo en la próxima isla en que desembarquemos y disfrutaremos de cuantas mujeres nos plazca. Los felicito, inmundos perros, fue un gran atraco esta noche... Pero esta preciosidad de aquí es mi botín. Si alguien osa ponerle un dedo encima, le rebanare el dedo y se lo meteré por la garganta. Así que mas les vale que me pongan atención. Me retiraré por hoy, vayan a celebrar! —
Y sin esperar respuesta alguna, tironeo del brazo de su victima nuevamente y la llevo a su camarote, donde cerro con un pasador metálico y herrumbroso y una silla además.
— Ahora bien... Como te llamas? A mi me puedes llamar capitán, y si sabes lo que te conviene, no saldrás de este camarote a no ser que yo te lo ordene. Esas bestias de ahí afuera no distinguen lo propio de lo ajeno y claro, antes que ladrones somos piratas. La diferencia es que un ladrón no tiene honor, un pirata si pero muy poco se acuerda de ello. Y es demasiada charla, ahora ve quitandote la ropa mientras encuentro una botella de vino. —
Eran hombres, eran fuertes, eran piratas.
Por eso fue que esa pobre e inofensiva aldea no fue nada mas que pura diversión para ellos.
Pero fue justamente en medio de todo el saqueo que Kirkland avistó a una pequeña y delicada flor de otoño y decidió que iba a hacerla suya. Cuando llego ahí, fusil en mano, sus hombres tenían a la familia contra la pared, suplicando. Ah, que deleite era oír sus voces pidiendo misericordia. Kirkland solo dio una señal y una de las victimas de su tripulación le dijo algo. Bien, no sabia que fue exactamente lo que le dijo porque se dedico a deleitarse con su silueta, debatiéndose que haría con esa criatura de Dios apenas la tuviera entre sus brazos. Acepto el trato sin oirle si quiera y ordenó la retirada. Tenia ganas de disfrutar de su botín.
De mala manera condujo a su nueva adquisición al barco y ordenó zarpar. Cuando ya se había asegurado de estar lo bastante lejos de la costa, le cogió del brazo y bruscamente le condujo junto al timón, lo bastante en alto para que los perros sarnosos que tenia por tripulación pudieran contemplar su magnifico botín.
— Esta noche celebraremos con vino hasta reventar... Derrocharemos cada centavo en la próxima isla en que desembarquemos y disfrutaremos de cuantas mujeres nos plazca. Los felicito, inmundos perros, fue un gran atraco esta noche... Pero esta preciosidad de aquí es mi botín. Si alguien osa ponerle un dedo encima, le rebanare el dedo y se lo meteré por la garganta. Así que mas les vale que me pongan atención. Me retiraré por hoy, vayan a celebrar! —
Y sin esperar respuesta alguna, tironeo del brazo de su victima nuevamente y la llevo a su camarote, donde cerro con un pasador metálico y herrumbroso y una silla además.
— Ahora bien... Como te llamas? A mi me puedes llamar capitán, y si sabes lo que te conviene, no saldrás de este camarote a no ser que yo te lo ordene. Esas bestias de ahí afuera no distinguen lo propio de lo ajeno y claro, antes que ladrones somos piratas. La diferencia es que un ladrón no tiene honor, un pirata si pero muy poco se acuerda de ello. Y es demasiada charla, ahora ve quitandote la ropa mientras encuentro una botella de vino. —
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Mirror- Mensajes : 352
Re: I — I could feel this presence
I could feel this presence
Kiku realmente no vio venir el ataque, estaba ocupado con su hermano Yao, ayudándolo para lograr sacar algo de las cosechas de ese día cuando los gritos empezaron. Kiku no supo reaccionar, pero cuando Yao lo empujó para que se ocultase detrás de los matorrales que cercaban la casa, Kiku no pudo hacer otra cosa que quedarse ahí, espantado.
Sus dos hermanos mayores, Yao y Im Yong se enfrentaron a los piratas, sin embargo cuando Kiku notó que querían matarlos no dudó en salir de los matorrales ignorando la mirada alarmada de los dos mayores y abrazarse a Yao protegiéndolo con su propio cuerpo. Estaba asustado, nunca antes había estado tan asustado de hecho, y sin embargo ni eso le impidió mirar al que parecía el capitán fijamente a los ojos.
— Déjelos. Entregaré mi vida por la de ellos, pero por favor... no los dañen.
Yao gritó, Im Yong le siguió, y Kiku simplemente aceptó su destino cuando el capitán ordenó la retirada y ningún disparo se dejó oír contra sus hermanos mayores. Miró por última vez hacia atrás antes de seguir al rubio que le guiaba a empujones prácticamente. Intentó no hacer muestras de que eso le molestaba y en cambio solo le siguió sin hacer comentario ni ruido alguno.
Kiku dejó sin embargo escapar un quejido cuando el capitán lo tomó del brazo, pese a que el comentario que dijo luego lo espantó, no se dejó espantar por tal amenaza que de todos modos no era dirigida a él. Intentó ignorar las mirada de lujuria que le lanzaban muchos miembros de la tripulación y se dejó guiar a tirones por el capitán de nuevo.
Dentro del camarote, sintió incertidumbre de nuevo, miedo carcomiéndole desde lo más profundo de su alma aunque intentó que eso no se transmitiese. Se mordió los labios y escuchó las palabras del capitán, que hicieron que al instante apretase las manos sobre su kimono, ahora sí aterrado.
¿Quería decir con eso, acaso, que si salía iba a terminar con alguno de esos piratas?... Alguno de esos...
Aunque de todos modos parecía que el capitán quería exactamente lo mismo que los tipos que le habían mirado con lujuria, Kiku intentó no llorar y alzó la cabeza en alto. Lo había hecho para salvar a su familia, ¿no? Eso había valido la pena. Tenía que pensar en eso.
— Mi nombre es Kiku... Kiku Honda— murmuró apenas con un hilo de voz e intentó darse fuerzas para obedecer las órdenes del capitán.
Demonios, estaba aterrado.
"Piensa que lo hiciste por ellos. Por ellos"
Se repitió en su cabeza y desató el obi de su kimono.
— ¿Q-qué piensa hacer conmigo?
Cuestionó, estúpidamente. Sabía la respuesta. De verdad que la sabía.
Sus dos hermanos mayores, Yao y Im Yong se enfrentaron a los piratas, sin embargo cuando Kiku notó que querían matarlos no dudó en salir de los matorrales ignorando la mirada alarmada de los dos mayores y abrazarse a Yao protegiéndolo con su propio cuerpo. Estaba asustado, nunca antes había estado tan asustado de hecho, y sin embargo ni eso le impidió mirar al que parecía el capitán fijamente a los ojos.
— Déjelos. Entregaré mi vida por la de ellos, pero por favor... no los dañen.
Yao gritó, Im Yong le siguió, y Kiku simplemente aceptó su destino cuando el capitán ordenó la retirada y ningún disparo se dejó oír contra sus hermanos mayores. Miró por última vez hacia atrás antes de seguir al rubio que le guiaba a empujones prácticamente. Intentó no hacer muestras de que eso le molestaba y en cambio solo le siguió sin hacer comentario ni ruido alguno.
Kiku dejó sin embargo escapar un quejido cuando el capitán lo tomó del brazo, pese a que el comentario que dijo luego lo espantó, no se dejó espantar por tal amenaza que de todos modos no era dirigida a él. Intentó ignorar las mirada de lujuria que le lanzaban muchos miembros de la tripulación y se dejó guiar a tirones por el capitán de nuevo.
Dentro del camarote, sintió incertidumbre de nuevo, miedo carcomiéndole desde lo más profundo de su alma aunque intentó que eso no se transmitiese. Se mordió los labios y escuchó las palabras del capitán, que hicieron que al instante apretase las manos sobre su kimono, ahora sí aterrado.
¿Quería decir con eso, acaso, que si salía iba a terminar con alguno de esos piratas?... Alguno de esos...
Aunque de todos modos parecía que el capitán quería exactamente lo mismo que los tipos que le habían mirado con lujuria, Kiku intentó no llorar y alzó la cabeza en alto. Lo había hecho para salvar a su familia, ¿no? Eso había valido la pena. Tenía que pensar en eso.
— Mi nombre es Kiku... Kiku Honda— murmuró apenas con un hilo de voz e intentó darse fuerzas para obedecer las órdenes del capitán.
Demonios, estaba aterrado.
"Piensa que lo hiciste por ellos. Por ellos"
Se repitió en su cabeza y desató el obi de su kimono.
— ¿Q-qué piensa hacer conmigo?
Cuestionó, estúpidamente. Sabía la respuesta. De verdad que la sabía.
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Suki- Mensajes : 602
Re: I — I could feel this presence
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Al pirata le desconcertó por un momento escuchar el nombre de su víctima, sólo por el hecho de que no le sonaba a nombre de mujer. Había tenido antes varias compañeras asiáticas, así que conocía la mecánica de los nombres asiáticos, pero nunca había oído un nombre femenino como Kiku. Intentó pensar que se trataba de un nombre antiguo y anticuado y se concentró nuevamente en buscar esa botella de vino que reservaba para esa clase de ocasiones. La
encontró justo cuando Kiku le soltó aquella pregunta y no pudo menos que reír divertido ante ella.
— ¿De verdad no te imaginas? —
El pirata bebió de la botella que acababa de encontrar y fue a sentarse a la cama, haciéndole una seña a su presa para indicarle que se sentara justo sobre sus piernas.
— ¿Qué más pueden hacer un hombre y una mujer en una habitación con alcohol cerca? —
Comenzando a impacientarse, el capitán de la tripulación bebió otro sorbo más y miró con una expresión indescifrable a Kiku.
encontró justo cuando Kiku le soltó aquella pregunta y no pudo menos que reír divertido ante ella.
— ¿De verdad no te imaginas? —
El pirata bebió de la botella que acababa de encontrar y fue a sentarse a la cama, haciéndole una seña a su presa para indicarle que se sentara justo sobre sus piernas.
— ¿Qué más pueden hacer un hombre y una mujer en una habitación con alcohol cerca? —
Comenzando a impacientarse, el capitán de la tripulación bebió otro sorbo más y miró con una expresión indescifrable a Kiku.
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Mirror- Mensajes : 352
Re: I — I could feel this presence
I could feel this presence
Kiku estaba asustado en ese momento, cuando la respuesta de “¿De verdad no te imaginas?” llegó porque sencillamente estaba asustado por la idea de que fuese todo tal cual se lo imaginaba. Porque sabía que podía querer, porque no era ignorante al pensamiento masculino. Él era un hombre, después de todo.
Y sin embargo cuando le hizo aquella seña después de sentarse tembló por dentro, aunque ese escalofrío quedó en segundo plano cuando escuchó las palabras del capitán y sobre todo una parte especifica. Un hombre y una mujer. Oh… ahora entendía.
— Eh… creo… que está confundido, a decir verdad…
Kiku miró con cuidado a su alrededor, aunque acercándose igualmente al pirata pero manteniendo su distancia de todas formas, por precaución.
— Yo no soy una mujer, señor. Soy un chico, un hombre.
Kiku se sonrojó por completo, avergonzado por la situación.
— Creo que se ha confundido.
Y sin embargo cuando le hizo aquella seña después de sentarse tembló por dentro, aunque ese escalofrío quedó en segundo plano cuando escuchó las palabras del capitán y sobre todo una parte especifica. Un hombre y una mujer. Oh… ahora entendía.
— Eh… creo… que está confundido, a decir verdad…
Kiku miró con cuidado a su alrededor, aunque acercándose igualmente al pirata pero manteniendo su distancia de todas formas, por precaución.
— Yo no soy una mujer, señor. Soy un chico, un hombre.
Kiku se sonrojó por completo, avergonzado por la situación.
— Creo que se ha confundido.
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Suki- Mensajes : 602
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Jue Jul 13, 2017 11:52 pm por Mirror
» I — This can't be!!
Jue Jul 13, 2017 6:01 am por Mirror
» I — The alliance, a marriage
Vie Jun 02, 2017 8:27 pm por Suki
» I — If only I could turn back time
Vie Jun 02, 2017 8:24 pm por Suki
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Vie Jun 02, 2017 8:21 pm por Suki
» I — Don't hide anything
Vie Jun 02, 2017 8:17 pm por Suki
» 1 — I'm falling in love with you
Vie Jun 02, 2017 8:13 pm por Suki
» I — Nothing else matters
Vie Jun 02, 2017 8:10 pm por Suki
» I — I could feel this presence
Vie Jun 02, 2017 8:06 pm por Suki
» I — You're in my hands
Vie Jun 02, 2017 7:58 pm por Suki