1 — Time that all the grown ups go to bed

time that all the grown ups go to bed

ren tao | mansión tao | de noche | con yoh

Ren Tao mantuvo una sonrisa en sus labios, totalmente falsa, mientras comía con su familia y su hermana le miraba un poco extrañada aunque no comentó nada. Ren sabía muy bien que sus padres se creía sus sonrisas falsas, aunque le molestaba que no entendiesen nada. Que no se preocupasen por nada, menos aún por él.

Incluso así, solo se mantuvo apacible, hasta que terminaron la cena y sus padres se levantaron.

— Buenas noches, padres.

Se despidió y sus padres asintieron a lo que Ren suspiró. Jun solo le sonrío de una manera dulce y se levantó para acariciar su cabello y decirle que ella también se iría a dormir a lo que Ren se quedó solo en la mesa hasta que la servidumbre fue a retirar los platos y el de ojos dorados se despidió para irse a su habitación.

Era tiempo de que los grandes se fuesen a la cama. Mientras Ren haría otras cosas, aunque probablemente también en una cama. Sonrió de medio lado cuando entró a su habitación y se dirigió a su armario para comenzar a quitarse la ropa que llevaba encima dispuesto a simplemente ponerse una bata.

No sabía si ese día iría, pero no valía la pena perder el tiempo en quitarse la ropa si podía hacerlo antes.

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yoh asakura | mansión tao | de noche | con ren

La cena había pasado como cada noche. Sin mucho que decir. Sus padres se dedicaban al templo, la aprendiz de su padre vivía con ellos y era casi su hermana menor. Su hermano mayor no terminaba de decidirse a qué se iba a dedicar en la vida y no es que Yoh supiera exactamente qué quería para su futuro... bueno, no en un sentido de responsabilidades y un plan a largo plazo. Él sabía exactamente qué quería, cada noche, antes de irse a dormir.

Tras despedirse de todos, al último de su hermano mayor, se encerró en su propia habitación con la excusa de siempre acerca de escuchar música hasta quedarse dormido. Sólo su hermano mayor sospechaba, estaba seguro, el resto... al resto le venía dando igual a dónde fuera realmente.

Y era por esa razón que cada noche que podía, Yoh se colaba por la ventana de su habitación y escapaba a la mansión de los Tao. El viaje era un poco largo a pie, pero no había transportes públicos directos a esa hora. En alguna que otra ocasión llegaron a pretender asaltarlo, pero Yoh no tenía encima más que un poco de ropa y un propia alma. Igualmente asumía el riesgo porque el premio que obtenía a cambio era mucho, mucho mayor.

Yoh sonrió cuando finalmente llegó a la mansión, o mejor dicho, cuando llegó a la ventana de esa habitación en concreto. Y ahí estaba su premio. A Yoh se le hacía agua la boca solamente por ver al chico de ojos dorados ponerse esa bata que Yoh estaba seguro de que tare o temprano terminaría en el suelo.

— Ren...

Yoh susurró, tocando un par de veces la ventana para llamar la atención del chico sin despertar a sus padres o a la hermana de él.

— Hey...

Saludó con una mano una vez que sus miradas se cruzaron.

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ren tao | mansión tao | de noche | con yoh

Ren no tuvo que esperar mucho más antes de oír la voz de Yoh en la ventana y voltearse a mirarlo, con una de sus manos en la cinta de amarre de su bata. Sonrió con calma y se acercó a la ventana para abrirla y que Yoh pudiese pasar cuando le saludó.

Ren no podía negar cuánto le gustaba que Yoh fuese a verlo, pese a que todo tenía que ser en secreto, no podía negarse a disfrutar de todo lo que podía hacer Yoh para hacerlo sentir bien. Claro que las cosas eran mutuas, siempre eran mutuas... o casi siempre. Porque después de todo él era Ren Tao y las cosas siempre se complicaban un poco con alguien como el joven de ojos dorados.

— Yoh, me alegra que hayas venido.

Murmuró, observando a Yoh hasta que pasó y se acercó a él para besarle la mejilla con una media sonrisa. No era realmente la mejilla lo que pretendía besar, pero ir directamente al punto no le llamaba la atención.

— ¿Tuviste muchos problemas para llegar?

Cuestionó, aunque era una pregunta más de compromiso realmente. Pero le interesaba saber si es que alguien había sospechado de lo que Yoh iba a hacer cuando se escapaba. No quería que nadie se enterase de nada.

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yoh asakura | mansión tao | de noche | con ren

Yoh estuvo tentado a fruncir los labios porque él esperaba un beso en los labios, no en la mejilla. ¿Qué era Ren? ¿Una anciana? Aunque igualmente se aguantó las ganas del reclamo porque al menos ya le había dejado pasar. La noche empezaba a refrescar, y no es que a Yoh le desagradase el frío, pero si podía estar dentro de una habitación cómoda y cálida como la de Ren, mejor. Y si podía estar junto al de ojos dorados, asegurándose de que su temperatura no hiciera nada más que aumentar, mucho mejor.

Y pues nada. Se mordió la lengua de cualquier reclamo y se fue a sentar directamente a la orilla de la cama para quitarse las sandalias y el abrigo que llevaba encima.

— No ninguno... Todos se fueron a dormir temprano hoy y nadie me vio salir.

Yoh sabía cuál era exactamente la preocupación de Ren porque él tuviese problemas. No era por él en sí, sino que era porque no quería que nadie supiera aún nada de su relación. Al principio Yoh se había sentido un poco... engañado... cuando Ren le había dejado en claro que no tenía deseos porque nadie se enterara, pero con el tiempo lo había aceptado.

— Tampoco me siguieron hasta acá. Pero tengo un poco de sed, ¿no tendrás una soda y galletas por ahí?

La petición era extraña, pero Yoh era todavía más extraño en sí mismo. Nada de qué asombrarse.

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ren tao | mansión tao | de noche | con yoh

El de ojos dorados escuchó atentamente la respuesta de Yoh, asintiendo. Ciertamente se sentía mucho más en calma sabiendo que nadie había visto a Yoh ir a ese lugar. Él no podía permitirse el lujo de que alguien supiese de su relación, simplemente porque se vería mal.

Le miró ir a la cama y se acercó para luego sonreír de medio lado con la petición que le hizo Yoh, aunque asintió tranquilamente.

— Hay en la cocina, solo quédate unos segundos aquí.

Ren no comentó nada más antes de salir con todo y bata a buscar a la cocina la soda y las galletas que su... amante le había pedido. No se cruzó con nadie en el camino, pues las habitaciones de la mansión estaban insonorizadas (aunque podían escucharse los ruidos demasiado fuertes) y nadie escuchaba si alguien caminaba por la noche aunque la servidumbre podía hacerlo pero jamás se metían en los asuntos de nadie de la casa. Aunque Ren de cualquier forma no se encontró con ellos.

Volvió a su habitación con la soda y las galletas que su amante le pidió y entró de nuevo, extendiéndoselas a Yoh para luego reír entre dientes y acercarse para besarlo en los labios. Apenas un roce, claro, pero se alejó con la misma rapidez.

— No habían muchas galletas así que te traje solo las que encontré.

Comentó a la ligera, antes de sonreír de medio lado y dirigirse a su cama para sentarse ahí estirándose para luego quedar acostado tranquilamente.

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yoh asakura | mansión tao | de noche | con ren

Yoh miró a Ren mientras él salía de la habitación y suspiró profundamente, dejándose caer con toda la tranquilidad del mundo en la cama, extendiendo los brazos a ambos costados y cerrando los ojos. Podría ponerse a hacer un angel de... sábanas, si no fuera porque Ren lo regañaría por desacomodar su cama.

El castaño sonrió mucho más relajado que antes. Había dicho la verdad, por supuesto, nadie le había visto y nadie le había seguido pero por más que intentara hacerse a la idea, no terminaba de gustarle el tener que esconderle a todos que estaba enamorado y tenía, ehm, sexo... bueno, con quien fue en su momento su mejor amigo.

Yoh abrió los ojos y miró al techo por un rato sin pensar en nada más hasta que escuchó los pasos de Ren acercarse de nuevo. No eran notorios en absoluto, pero Yoh sabía identificar bien cada sonido que Ren... pues... hacía, hiciera lo que hiciera. Se volvió a incorporar en la cama y le sonrió con una expresión boba al chico cuando él entró.

Estaba a punto de agradecerle cuando el chico de ojos dorados lo besó. Yoh correspondió de inmediato y sonrió todavía más, ahora satisfecho y feliz porque por fin le había dado justo lo que quería. No las galletas y la soda en si, sino el beso, pero también agradecía el tentempié.

Sonriendo todavía, Yoh notó cómo Ren se acomodaba en su cama, antes de levantarse para ir a beber entera la soda (sí tenía sed) y comerse una y luego otra galleta (eso solo era antojo). Hecho eso, se dirigió de nuevo a la cama, pero en vez de sentarse en la orilla como debía ser, se acomodó sobre la cadera de Ren, sonriendo repentinamente malicioso.

— Bajaste tu guardia, jijijiji.

Yoh rió bobamente de nuevo y entonces dirigió sus manos hacia el cuerpo del chico para buscar hacerle cosquillas en cada punto que se le ocurría, intentando hacer que soltara al menos una carcajada, aunque aquello fuese bastante difícil con el "novio" que se había conseguido.

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ren tao | mansión tao | de noche | con yoh

Yoh se comportaba demasiado infantil, y siendo Ren la persona seria que era tendía a odiar esa situación sin embargo no pudo evitar morderse los labios para aguantar la risa que pugnaba por salir de sus labios porque simplemente era débil ante las cosquillas.

No pasó mucho antes de que Ren empezase a ponerse rojo por los esfuerzos de aguantar la risa, pese a que al mismo tiempo comenzó a patalear para que Yoh le dejase. Aunque cuando estaba a punto de soltar una carcajada, logró reunir fuerzas y cambiar su lugar con Yoh quedando él encima del castaño y mirándole con amenaza brillando en sus ojos. Justo como un gato antes de atacar.

— Yoh, eres muy infantil... un Tao jamás baja su guardia.

Y eso no era tan falso, Ren sonrió de lado y empezó a imitar a Yoh, haciéndole cosquillas también aunque eso más bien se veía bastante infantil de su parte también pero no importaba.

— Me las pagarás...

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yoh asakura | mansión tao | de noche | con ren

A Yoh le divertía muchísimo ver a Ren riendo, en especial porque el Tao siempre estaba serio y era casi imposible hacerlo sonreír. Yo no lo culpaba considerando la familia que tenía, pero tampoco podía dejar pasar una oportunidad como esa, ya que Ren casi nunca se descuidaba. Quizás fue por eso mismo que no pudo preveer el siguiente movimiento de Ren, que invirtió la situación.

Yoh que era bastante risueño empezó a desternillarse de risa de inmediato y empezó a dar manotazos para tratar de sacarse al de ojos dorados de encima suyo, buscando con los mismos movimientos bruscos algún "arma" que pudiera usar en su contra para liberarse. Finalmente dio con una almohada pero empezó a morderla para tratar de no reír demasiado alto y que la familia del chino lo descubriera.

Al final terminó casi desmayándose por la asfixia, y no supo si él mismo se había librado o Ren le había tenido piedad, pero cuando recuperó la consciencia estaba en el suelo.

— Ah... Ah... casi... casi me muero...

Ni siquiera esperó a recuperarse por completo. Se levantó de golpe, volviendo a marearse y derribó como pudo a Ren por sobre la cama, aprisionando sus manos contra las sábanas.

— Es hora de mi venganza, jijijiji

Imitando malamente una risa diabólica, Yoh se inclinó sobre Ren y lo besó apasionadamente, acallandolo rápidamente antes de que pudiera reclamar absolutamente nada. Después de todo, por eso había ido a verle. Quería estar lo más cerca de él, lo más posible, y si la oportunidad se daba, ser uno con él. Aunque las cosas no eran siempre fáciles con la estricta familia Tao vigilándolo siempre.

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ren tao | mansión tao | de noche | con yoh

Ren disfrutaba del tiempo que tenía con Yoh, aunque pudiese parecer un niño luchando de esa manera con su novio no podía evitarlo. Yoh era infantil, sí, pero alegraba un poco su vida y eso siempre era apreciado por el Tao.

Sin embargo cuando Yoh le besó, Ren se olvidó del mundo y correspondió el beso con pasión, pasando sus manos por el cuello del Asakura y acercando su cuerpo hacia el del castaño.

La cercanía que necesitaba, sin duda era esa.

— Estás emocionado, ¿uh?

Susurró, divertido, pasando una de sus manos por el pecho del castaño.

— Te extrañé, idiota...

Volvió a susurrar y cambió de posiciones, quedando sentado cómodamente sobre las caderas de su novio y sonriendo de manera sensual.

— Vamos a jugar.

Susurró bajo, acariciando el pecho del castaño mientras besaba su cuello.

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yoh asakura | mansión tao | de noche | con ren

Yoh volvió a reír tontamente cuando Ren le llamó idiota. No es que él mismo se considerara muy inteligente, así que en realidad no le ofendía. Lo consideraba como el mote cariñoso de su novio para con él. Otras personas decían "terrón de azúcar" o tal vez "osito" o "amor" pero Yoh sabía que Ren era demasiado tímido y serio como para decirle algún mote cariñoso de ese tipo. Idiota no estaba tan mal. Al menos eso es lo que pensaba Yoh.

Las posiciones entre ambos volvieron a cambiar y una parte de Yoh lo agradeció. Seguía un poco mareado así que estar abajo era mejor para él, no en el sentido de ser uke o seme, porque él era el seme y se enorgullecía de eso, claro está. Nunca le había preguntado a Ren si él quería ser el seme, las cosas simplemente se habían dado y Yoh no había hecho algo por cambiarlo. De todas formas, cuando Ren se inclinó sobre él y empezó a besarle el cuello, la piel del chico de los audífonos se erizó completamente.

— Aahhh... ¿qué tienes en mente, Ren?

No es que importase mucho el "cómo", porque Yoh iba a esforzarse al máximo por complacer a Ren de todas formas, pero tampoco quería lucir demasiado pervertido desde tan temprano. No solían tener mucho tiempo para pasarlo juntos (por eso es que Yoh le visitaba en las noches cuando supuestamente ya todos se habían ido a dormir), pero Yoh quería llevárselo con calma siempre. Quería disfrutar de esos momentos y no que se terminaran tan pronto habían comenzado.