I — Addicted

¡Maldita fuese la hora en la que se dejó engañar por Alexy! ¡Maldita sea la hora en la que se hizo amigo de ese gemelo malvado! ¡¡Maldita mil veces sea la hora en la que apostó que podía ganarle a Armin en un videojuego!! Ahora que lo veía en retrospectiva, fue una estupidez de su parte, pero en el momento no se le ocurrió que apostar en contra de alguien que pasaba su vida frente a una consola podía ser sinónimo de "vas a perder irremediablemente".

Dioses, odiaba a esos gemelos con su vida... bueno en realidad no, Armin era uno de los mejores chicos con los que había pasado tiempo y Alexy era su mejor amigo, aunque fuese su desgracia y su maldición en varios momentos pero nunca se arrepentiría de ser su amigo. Aunque en momentos como esos... se lo podía incluso pensar.

Nathaniel se miró al espejo por enésima vez, intentando darse fuerzas que no tenía para salir a darle la cara a Rosalya y Alexy que estaba esperando ansiosamente a que saliese con... esa... ropa...

━ ¡Nath! ¡No tenemos todo el día! ¡El café ya va abrir!

Su amado mejor amigo le gritó y Nathaniel tuvo ganas de gritarle algo pero solo verse en el espejo le hacía querer que la tierra se lo tragase pero es que a la de ya.

━ Ya voy...

Anunció con desgano y salió, luciendo el vestido que Rosalya había hecho para él. La verdad era muchísimo mejor que el que le había dado Alexy al principio... ese realmente no era apropiado para usarse en la escuela, ni en casa... ni en ninguna parte. Nada más verlo, Alexy se lanzó a abrazarlo.

━ ¡Ay, Nath, eres tan mono! Aunque me gustan más musculosos pero si no fuese por eso...

Nathaniel se lo quitó de encima con un manotazo que realmente no le alcanzó y Rosalya sonrió.

━ Me alegra que te haya quedado, te pasaremos a ver luego Nathaniel.

Se despidió y se llevó arrastrando a Alexy mientras Nathaniel iba al puesto que los delegados habían puesto... o sea, un maid coffe. Nada más llegar todas las miradas se posaron en él, haciéndole sonrojar y hacer una mueca aunque nadie dijo nada pero los chicos lo miraban más de la cuenta. Nathaniel respiró, contó hasta tres antes de abrir las puertas y sonreír lo más falsamente posible, completamente dulce.

━ Welcome home, master!

Sí, ese había sido el saludo acordado con el bastardo de Alexy. Enserio, ¿por qué era amigo de él?...