▲ Hengen Jizai no Magical Star

Kagami había estado enamorado de Kiyoshi desde hacía bastante tiempo, desde que le conoció y el castaño le desafío a un partido. No podía olvidar su forma de ser desde aquel día, su sonrisa y el hecho de que aunque le venció se quedó pensando en que no fue un partido real. Si se hubiese enfrentado a Kiyoshi seriamente, ¿lo hubiese vencido? Quizás. Pero quizás no.

Su forma de ser fue la que le enamoró, el hecho de que jamás quisiese rendirse aunque todo estuviese en su contra. Cuando volvió a la cancha a pesar de que Murasakibara lo había destruido fue la última señal que necesitó. Se había enamorado total y perdidamente de Kiyoshi.

Por eso cuando se fue a Estados Unidos para su rehabilitación, no demoró más de dos semanas en decidir ir también, y en el aeropuerto se encontró con Hyuuga-senpai. Y entonces las cosas se complicaron, gracias a Alex sabía dónde se hospedaba Kiyoshi. Nunca esperó verle en el restaurante del hotel (en el que se quedaba mientras Alex preparada y adecuaba su apartamento) junto a Murasakibara Atsushi.

Su corazón se hizo pedazos cuando los vio besarse. Y se fueron, junto a Hyuuga se marcharon y pidieron los pasajes de regreso para ese mismo día. Llamó a Alex, quien solo le dijo que lo sentía y Kagami resistió las ganas de llorar.

Horas después, ya se encontraban ahí, en el aeropuerto de Japón.

— Hyuuga-senpai, ¿se irá ahora? Puede ir a comer a mi casa.

Solo lo ofrecía por caridad, por pena quizás. Se sentía todavía mal por la situación, ¿acaso alguien podía culparlo? Claro que no.