I — Crush

Crush

Murasakibara Atsushi | Mediodía | Pastelería

Atsushi podía ser rencoroso. MUY rencoroso. Pero tomar venganza de las personas que le habían hecho enfadar simplemente estaba más allá de sus propios límites, porque era demasiado trabajo aplastarlos a todos. Todo le daba pereza y es algo que la mayoría de la gente ya sabía acerca de él. Bueno, todo, excepto por una cosa.

Pese a ser tan laboriosos, le encantaba cocinar pasteles. Requerían de un nivel de atención y habilidad bastante alto, no solamente para seguir paso a paso, sino para lograr que realmente tuviera el resultado deseado y que la decoración quedase perfecta. Sólo su amor por los dulces superaba su pereza y la mayor prueba de ello era que, de entre todos los aprendices, Murasakibara quedaba entre los mejores 2 lugares.

Tampoco es que le importase ser el número uno. Había gente con más experiencia simplemente. En especial ese chico... enano. Sólo eso sabía de él, que era un enano. Pero le respetaba casi tanto como respetaba a Akashi porque preparaba los mejores pasteles que había probado en su vida. Incluso el chef le alababa y eso era algo que Atsushi no podía dejar de notar, porque incluso recibiendo halagos, el chico no parecía ser... demasiado expresivo.

Si bien, Atsushi no solía tener el menor grado de empatía con nada, tenía la sensación de que había una razón por la cual ese chico enano le llamaba tanto la atención, dejando a un lado el tema de lo bien que cocinaba. Era como si pudiera entender porqué se dedicaba con tanto entusiasmo a preparar pasteles... para olvidar.